Pocas causas para luchar en contra de algo desfavorable para el hombre, existen tan claras como aquella que está en contra de la guerra, desde luego, también están la de la hambruna, la de enfermedades incurables, la del maltrato a los animales y la de la pederastia. Todas ellas, producto del sentido común más básico, abogan por erradicar aquello que parece inhumano, pero que lamentablemente no lo es.
Entre todas estas manifestaciones de desacuerdo, tan diversas como disímiles, y que van desde un simple apoyo moral hasta la constitución de agrupaciones u organizaciones enfocadas a un problema específico, en alguna parte, están las muestras que crea el arte y que sirven de aliento para entender, por medio de una expresión sublime, que podemos ser el propio remedio de nuestros males. No por nada la tragedia, tristeza y desolación han sido el germen de donde surgen muchas de las obras más excelsas que el hombre puede crear, como si de la búsqueda de un balance espiritual se tratará, el arte, en ocasiones, ha colmado tanta desdicha.
La película más reciente de Jean Pierre Jeunet (quizá lo recuerden por películas como Le fabuleux destin d´Amélie Poulain o Delicatessen), Micmacs, a tire largirot, es un ejemplo en el sentido de cómo el arte, el séptimo, se manifiesta en contra de las armas y la guerra. Si bien no es una invitación directa a repudiar la violencia, la película entreteje por medio de una historia ficcional, una de las más bellas declaraciones de paz posibles: que las armas erradiquen a las armas.
El protagonista de la historia, Bazil, fanático del séptimo arte y empleado en una tienda de renta de videos, ve marcada su vida y su rostro por el infortunio de las armas en acción. Arruinado, Bazil vive una nueva vida con un objeto alojado en su cabeza e ideará, después de conocer a una serie de compañeros fantásticamente reales, un plan original para terminar con aquello que le dio fin a su propia normalidad.
Jean Pierre Jeunet quedó marcado para siempre con su clásico ... Amelie Poulain y difícilmente algún otro trabajo previo o posterior podrá estar a la par de ese clásico de todos los tiempos de la cinematografía mundial. Pese a todo, Micmacs a tire Largirot, bella, entretenida, fantástica y realista es una obra gigante que va directo a ser una de las mejores películas del 2010 y que expone a Jeunet como uno de los más grandes en la historia de la cinematografía.
Existe otro tipo de cine que se acerca a lo poético sin serlo en completo rigor y sí en escencia, por el mensaje que transmite, los filmes de Jean Pierre Jeunet son el mejor representante de ello. Micmacs... es una fiesta que afirma lo mejor de los seres humanos y que nos hace desear un mundo mejor. La película está a un paso de ser estrenada en nuestro país y no tardará en convertirse en una de las favoritas de la gente, estoy seguro. Es una de mis favoritas.
Había escuchado de ella, pero no he tenido la oportunidad de verla...
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