miércoles, 16 de junio de 2010

Mi favorita de los Oscar


Por segunda vez en la historia de los premios Oscar, diez filmes fueron nominados en la categoría de mejor película. La ganadora, como bien es sabido, fue The hurt locker, película que gira la mirada en torno a las problemáticas directas de la guerra y se enfoca en las que surgen como consecuencia de vivir en condiciones atípicas de convivencia. Reconozco que, más que una verdadera evaluación de lo mejor de la cinematografía mundial, la ventana que representa la aclamada premiación es una oportunidad de hacer eco sobre lo mejor de la industria hollywoodense.


Acompañando a la vencedora hubo 9 historias más, tan diversas y disímiles en las temáticas, como en la manera de abordarlas. Si en este humilde bloguero hubiera estado la decisión de elegir a la ganadora, sin duda el premio habría estado entre The lovely bones o Sector 9. ¿Casualidad o causalidad de que Peter Jackson participe como director y productor respectivamente? Al final se lo hubiera dado a la primera por una mínima ventaja.


The lovely bones, o Desde mi cielo, título con el que apareció la película en nuestro país, entremezcla un thriller de las sociedades modernas, como lo es la aparición de un asesino serial, con la metafísica más ligera, y no por ello malograda, del mensaje de la vida en el más allá que da la película. Un homicidio desencadena una pregunta sin respuesta del tamaño de la vida y la muerte y se convierte en el nodo que enlaza ambos aspectos: ¿Por qué a mí?


Debe ser difícil aceptar que el tiempo que nos es concedido en la tierra haya expirado, sobre todo si crees que te fue quitado injustamente y en tu alma quedan un profundo rencor y negación que te orillan a desear el mal a tu asesino. De esa manera, entre el suspenso de acompañar las acciones de un criminal encubierto, la tristeza de ver una familia desecha y la negación de una niña que, desde el más allá, no acepta su muerte, es como avanza la película. El desarrollo es magistral: la edición brinca de un mundo a otro y cuenta la compleja y entrelazada conexión que supera cualquier tiempo y existe en las relaciones humanas.


Otro punto a favor que engrandece la credibilidad de la obra es la elección de un casting repleto de caras “nuevas” de actores consolidados. Desde luego que no es el debut de Mark Whalberg ni de Stanley Tucci, pero el protagonismo del primero no es tal que en torno a él gire la película, y la caracterización e interpretación del segundo sorprenden al grado de no notar de quien se trata. El papel de Susie Salomon, la chica en torno a quien gira toda la trama, es interpretado por la bella Saoirse Ronan, quien sí realiza su actuación más importante hasta la fecha.


Como fan de las películas de El Señor de los anillos que me considero, y como coleccionista de Bad Taste, uno de los primeros trabajos de Peter Jackson, reconozco en Desde mi cielo no a su más grande producción (la saga de Tolkien le llevó años de realización) sino a la mejor lograda. Nueva Zelanda podrá no calificar a la siguiente fase en la copa mundial de futbol, sin embargo, en el gordito director tiene a uno de los campeones mundiales de la cinematografía actual.

miércoles, 2 de junio de 2010

Una lección de un clásico para otro







Debo reconocer que tenía mucha fe en el reciente estreno del remake de Pesadilla en la calle del infierno, pensaba que los nuevos avances tecnológicos o una participación destacada de algún guionista actual, nutrido de todas las nuevas vertientes del terror, podrían retocar la genial idea de aquel que te ataca mientras duermes: Freddy Krueger. Sin embargo, y para tristeza mía, la película representa un verdadero refrito en toda la extensión de la palabra: frita la trama en siete películas precedentes que dificultan la posibilidad de algo novedoso, frita la práctica de querer suplir carencias narrativas con efectos espectaculares y frito el personaje: envuelto en llamas por ser un pervertido sexual.



No sé si atribuírselo al desfase generacional, a un miedo infantil superado, o a ambas razones, pero Pesadilla en …. no logró atraparme realmente como lo hicera años atrás la primera versión. De manera atrabancada, la historia se devela lentamente al inicio y a tropezones en muchas partes, donde las propias reglas de juego establecidas por la película se rompen una y otra vez. La cuestión, desde mi muy humilde punto de vista, es que no se conjunta un universo congruente y creíble (ojo, que no estoy diciendo verdadero sino verosímil), sobre todo por la relación entre el malo de la película y la “favorita de sus acosadas”.

Detengo hasta aquí el juicio carnicero; cuando no se puede decir nada bueno al respecto es mejor guardar silencio o, en este caso, ocupar espacio hablando de otra película. ¿Qué filme de terror sí me gusta? Muchos, hay un océano de filmes superiores a “al nuevo de Freddy”. Por ejemplo, y ahí va mi recomendación del día, Suspiria (1977) de Dario Argento.





La historia de Suspiria se desenvuelve en la alemana ciudad de Friburg, en donde una chica, Suzy Banyon, arriba a una academia de baile con la intención de perfeccionar su danza. Desde de su llegada, una serie de acontecimientos sobrenaturales y asesinatos serán el común denominador que acompañe la vida académica. Eventualmente, la protagonista se dará cuenta de que en su escuela incide algo más que una siniestra organización y algunos de sus personajes alcanzaran personalidades fantásticas. Omito el detalle para no arruinar el deleite de la obra.





Acaso poco comentada e incluso subvalorada, Suspiria es una joya del género: infinitamente mejor a muchos de los churros cinematográficos que, por contar un presupuesto envidiable por cualquier país tercer mundista, tratan de suplir carencias con efectos, personalidades y marketing. La película hace uso de elementos que, en primera instancia, parecieran inocentes, como es el caso de la sangre en demasía, lo directo y brutal de las imágenes de asesinato, sugerencias visuales de maldad, entre otros; pero todos, bajo la óptica de Argento y conjuntada en el todo de la obra, adquieren un tinte distinto que pasa a segundo plano y está subordinado por la trama.

El cineasta italiano encuentra la delicadeza en el exceso: no es muy poético ni tampoco pretensioso; en cambio, con su rudeza visual, nos recuerda que el verdadero terror es aquel que me hace pensar que yo, individuo, pueda morir. Italo Calvino dice al respecto de los libros clásicos, que éstos nunca terminan de decir lo que tienen que decir. Me sumo: lo mismo sucede con el cine, las obras cumbre siempre nos ofrecen lecciones que aprender: una buena idea (y, aclaro, alguien que te ataque en tus sueños es una idea extraordinaria de terror) contada de buena manera, sin prisas y con coherencia, no tiene ningún problema en convertirse en verosímil.

Como dato curioso adicional, uno de los actores que participan en la película es Miguel Bosé, y no, no es sólo un homónimo, es el ahora famoso cantante cuando apagaba veintiún velitas en el pastel.

Un comentario final que tomé del trailer de la película dice: “La única cosa más terrorífica que los últimos doce minutos de Suspiria, son los primeros noventa y dos”


Aquí el tráiler:

http://www.youtube.com/watch?v=_8zbV_fFkYs