martes, 14 de diciembre de 2010

El secreto de sus ojos: donde el nudo se afloja


En el tenor de las historias policiacas, con un misterio planteado y el anhelo de resolución que hace avanzar cualquier trama por mala que ésta sea, se encuentra El secreto de sus ojos (Argentina 2009), ganadora del Óscar a la mejor película extranjera este año. Filme tradicional y refrescante ―por ilógico que suene―: en medio de los clichés y lugares comunes de las narraciones policiales, se entrelaza un relato conmovedor sobre las oportunidades y las decisiones, que más que segundas oportunidades son elecciones tardías.

El secreto de sus ojos cuenta la historia de Benjamín Espósito, ex empleado de un juzgado penal, quien decide revivir, por medio de la escritura de una novela, el capítulo más inquietante de su vida. El ahora escritor rememora la Argentina de los sesenta y setenta, tiempo en el que tuvo lugar el homicidio nunca resuelto de Liliana Colotto de Morales, y construye su propia versión de lo que debió haber sucedido. Así, se avanza por medio de retrocesos hacia el pasado, que arrojan un halo de luz sobre las consecuencias de toda una vida.

En la desesperación por resolver el asesinato, que se complica por la eterna corrupción humana y las implicaciones políticas que lo circundan, Espósito se entregará completamente al caso y perderá en ese esfuerzo algunas de sus motivaciones personales, amistades y amores.

Pese a lo policiaco, conforme se desarrolla la historia nos damos cuenta de que la película es realmente dos películas, pues el crimen de homicidio está supeditado a una historia quizá más importante para el propio Espósito: el crimen de no vivir la vida que nos corresponde. Si la vida de uno es un gran amarre de vivencias, pequeñas y trascendentales, y se tiene la completa certeza de no haber vivido plenamente (si es que eso es acaso posible), cada cierto tiempo podemos preguntarnos ¿qué cabos quedaron sueltos y dónde el nudo quedó flojo?

No es una segunda oportunidad porque realmente no se puede vivir dos veces: sólo se anhela una vuelta, como Espósito con sus recuerdos y escritura; es elección que toma años y años en ser tomada. El tiempo pone a los personajes en el lugar que les corresponde cuando la intensidad con la que se vive ofusca la voluntad del destino (que cada quien se elige construir, de nuevo, por ilógico que suene).

Celebro una magistral historia del cine latinoamericano pues, en medio de una realidad muy próxima a la fatalidad, aún se tienen grandes victorias como ésta.

4 comentarios:

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  2. Gratificante en la lectura y estusiasta en el papel, he de buscar esa pelicula y verla en la comodidad de mi computadora, mientras tanto celebremos tambien el triunfo de un blog, que celebra la expresion humana en su denominado 7º Arte.

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  3. Una bellísima película, nos hace pensar, y eso es lo bello del cine. Te mando un abrazo.

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